jueves, 27 de agosto de 2009

hoy es el cumpleaños de Julio Cortázar

Recuerdo de una plaza
poca cosa...
un banco un farol...
pero venían todos los gorriones

Julio Cortázar

viernes, 7 de agosto de 2009

La historia

Finalmente me decidí, el año pasado me inscribí en la Universidad de las Madres en la carrera de Licenciatura de Historia. En febrero comencé un curso de nivelación y aquí estoy ya en el segundo cuatrimestre.
Hasta ahora he tenido buenas notas, teniendo en cuenta, que mi último título lo obtuve en 1996 en la Escuela de Psicología Social fundada por Dr. Enrique Pichon Riviere; en 1978 egresé del ISER como Locutora Nacional, y en 1968 del Comercial Número 7 Manuel Belgrano, como Perito Mercantil. Desde la época del secundario, concretamente quinto año, que la idea, el proyecto, el deseo de estudiar Historia me acompaña. Asi que de ahora en más en éste mi blog incluiré los trabajos que tengo que presentar en las distintas materias que curso.
Hoy de Historia Latinoamericana General.
La consigna era la siguiente:
Vas caminando y te encontrás con un amigo que no ves hace mucho. Le contás que estás estudiando historia latinoamericana y tu amigo te dice “tendrías que estudiar la historia universal que es la historia de la civilización y el progreso, y además es más antigua que la de Latinoamérica”. Tomás aire y con mucha paciencia le explicarás las diferentes culturas existentes en América (haciendo hincapié en UNA), le explicarás desde cuándo podemos hablar de historia americana en estos territorios, y le darás tu opinión sobre lo que considerás universal.

Me encontré con Irene en Corrientes y Bulnes, nos contamos a las apuradas las novedades mutuas y como la noté sorprendida porque estoy estudiando historia seguimos caminando por Bulnes. En cierto modo no me sorprendió tanto que sugiriera estudiar desde lo que conocemos como historia universal, ya que toda nuestra educación fue determinada desde el pensamiento “único”: que la historia que estudiamos comienza en la prehistoria, en Europa y luego estudiamos Grecia, Egipto, el Imperio Romano… Y que los “indios” americanos, los de Centro América para abajo, tienen existencia real a partir de 1492. Propuse que nos tomáramos un par de cafés y contarle a grandes rasgos lo que yo había descubierto sobre los pueblos originarios de Nuestra América. Apenas nos sentamos en un viejo café de Potosí y Bulnes comencé con mi relato. América comenzó a poblarse, hace unos 30 a 40.000 años, desde el norte, cuando, cazadores que pasaron por el estrecho de Bering, que en ese momento era tierra firme, y unía Asia hasta lo que hoy es Alaska. Llegaron en busca de alimento, y como el paisaje se parecía al de donde venían continuaron su recorrido. Estos cazadores, que ya conocían el fuego y el uso de la piedra, fueron internándose en el territorio instalándose algunos, y otros, llegando, hace unos 12.000 años, hasta lo que es hoy la Patagonia. Alrededor del 10.000 a.C. cesó la inmigración por el deshielo continental.
Estos hombres y mujeres se fueron adaptando a cada región y clima. Pasaron de ser grupos nómades recolectores, pescadores, y cazadores, a sedentarios comenzando a producir sus alimentos, iniciando así su actividad agrícola. Hacia el 5.000 a.C.¸ ya establecidos, desarrollan sus creencias, lenguas y culturas que los harían diferenciarse unos de otros. Pero con quienes tenían algunas semejanzas era con los habitantes, por ejemplo, de las orillas del Nilo. Ella insistió en afirmar que el estudio de la carrera debería centrarse en la Historia Universal, lo dijo en un tono que pareció que hasta hablaba en mayúsculas,” ya que, agregó, esa es la historia de la civilización y el progreso”. Además afirmó, a América por algo la llaman el nuevo mundo, es porque, esa cultura, la europea es mucho más antigua que la del continente americano. Tratando de no enojarme o mal predisponerme con ella, hacía mucho que no nos veíamos, intenté, por lo menos, tratar de descolonizar su mirada de una historia que nos pertenece y que nos la han ninguneado.
Es más, le dije a Irene para su sorpresa, los griegos recién unos 600 años aC forjarían lo que hoy conocemos como la Cuna de la Civilización. En tanto en América, alrededor del 3000 aC, los pueblos de la macroetnia caribe y arawacs (en el actual territorio de Venezuela) elaboran sus primeros petroglifos.Desarrollan una cultura de gran belleza estética expresada en tejidos, cerámica, donde representaban a sus dioses de tez blanca. En el 1100 aC los Olmecas expandían su cultura en el centro de América, dando origen a diversas culturas en la región. Hacia el año 1000 aC en las orillas del lago Titicaca comenzaba la cultura Aymará, que daría origen a la Cultura de Tiahuanaco y luego al imperio Inca.
Le hago un rápido detalle de los pueblos que habían desarrollado su cultura en lo que hoy es Centro América y que fueron con quienes se encontraron, los españoles en la búsqueda del Cipango (China), y luego la del mito, la leyenda de El Dorado.
Le planteé que nos han enseñado la historia, desde el poder, por partes, con miradas parciales, compartimentos estancos. Por lo cual es muy difícil observar, analizar, y reflexionar sobre la historia en general, por lo que, ante la historia que hemos tenido que estudiar nos es difícil relacionar y tener una concepción integradora y por lo tanto no discriminatoria. Tanto étnica, cultural como religiosa y no sólo del pasado sino, lo que es más preocupante, de nuestro presente y de qué futuro estamos generando. Por eso nos inculcan que el progreso y la civilización está en la historia universal, desde la mirada eurocéntrica, porque nosotros, nuestra América , venimos a ser la barbarie que debe ser civilizada. Ergo esquilmada de sus riquezas y empobrecerla económica, cultural y socialmente, no solo a los pueblos originarios sino también a nosotros. Antes dominaron y hoy también dominan.
Me miró seria y preguntó, ¿dónde me dijiste que estudiás…en la UBA, o en el profesorado Joaquín V. González?. No, le dije, en la Universidad de Las Madres. Quise anotarme en el Joaquín V. pero con casi 60 no me permiten ingresar, porque suponen que a esta edad ya no puedo ejercer la docencia.
Ah, exclamó, ¿es muy… ideológica, no?
Si estudiara en la UCA, ¿me preguntarías lo mismo?. Querés que te siga contando lo que estoy aprendiendo? Bueno, sí, dijo, y pidió un tostado para compartir.
Retomé el relato mencionándole a los Olmecas, y a la cultura de Monte Albán, en el sur de México que son de las más antiguas. Y a los Zapotecas. Para la misma época, cuando finaliza el período Olmeca, surgen en la zona costera y en los valles del centro dos importantes civilizaciones. En un principio estaban emparentadas, ellas son: la cultura de Teotihuacán, que se origina en la unión de pequeñas aldeas, y la federación Maya Quiché en el centro y sur de México y norte de Centro América. En estas migraciones hay mayoría del pueblo Totonaca, de unas 50.000 personas. Tenían una vasta cultura y conocimientos arquitectónicos que aún pueden observarse y cuyos asentamientos perduran con sus nombres, algunos originales, como Puebla, Cholula, Veracruz, Chiapas, Oaxaca., Tlaxcala. También le menciono a los Toltecas, Mixtecas, y Mexicas o Aztecas. A éstos últimos los derrotará Cortés robando sus riquezas e intentando arrasar su civilización.
Ya íbamos por el tercer café y la notaba más interesada. Le dije entonces que las culturas Andinas comienzan unos 10.000 años a.C.. Poseían un nivel científico, tecnológico y artístico que heredaron de generaciones que los precedieron como los de las culturas Huari y Puquina que fueron influenciadas por la de Tiahuanaco. Esto los hacía un pueblo rico en saberes acumulados. Hacían cálculos matemáticos en cuerdas con nudos, poseían conocimientos astronómicos, agrícolas y una forma de escritura propia. Su dominio abarcó no solo a los pueblos vecinos y diferentes etnias sino que se extendió desde los pueblos de Pasto en el sur de la actual Colombia hasta los Huarpes en el centro de nuestro país. Le menciono también que nuestro Cosquín, en Córdoba, es el diminutivo del Cuzco incaico.
El imperio incaico fue la más alta expresión de cultura y conocimientos en la región. Algo totalmente desconocido sobre todo para quienes llegaban de la península Ibérica que vivían, en el mismo momento, una cultura y situación política y económica totalmente diferente. Es de imaginar la sorpresa y porqué no la posible envidia que pudieron haber sentido los conquistadores al encontrarse con semejante civilización rica y poderosa, tanto económica, cultural y socialmente.
Entonces me dice, bueno, parece que estás realmente fascinada por los originarios de América, ¿no será que estás idealizando un poco? Porque, por lo que yo sé, no eran niños de pecho, hacían sacrificios, hay pirámides manchadas con la sangre de los que eran ofrecidos, sacrificados a los dioses, no? Dejá que te cuente e Irene preguntó, ¿quienes eran los Olmecas?. ¿Dijiste que son de los más antiguos, no? Antes de ir al tema es realmente importante que sepas que hubo, más allá de las diferencias entre los distintos pueblos, antes de la llegada de los españoles, prevalecía la idea y la práctica de comunidades de amparo. En ellas estaban garantizados, la vivienda, la alimentación y también la educación. Desde el buen hablar, los buenos modales y la solidaridad. No tenían ningún vocablo para expresar la palabra pobre. Respetaban el medio ambiente manteniendo una comunión con la naturaleza que hoy podríamos considerar envidiable. No conocían hasta la llegada de la conquista ninguna peste, el dominio de la herboristería les permitía tratar diversas enfermedades. Tenían conocimientos sobre la anestesia y el tratamiento de las caries, realizaban complejas operaciones quirúrgicas mientras que en Europa la Santa Inquisición quemaba vivos a quienes eran sospechados de tener conocimientos, que la iglesia no avalaba.
Estos pueblos poseían conocimientos astronómicos y matemáticos (tenían el 0, que los árabes les darían a Occidente 2.000 años más tarde), un calendario con un año solar de 18 meses y un mes de veinte días que después perfeccionaron los mayas. Ahora, te cuento de los Olmecas, que significa los hombres del país de hule, su esplendor va del 1.500 al 300 a.C.. Y se ubicaron en las tierras de Veracruz y Tabasco. Su importancia es tan grande que Quetzalcoatl, que es la divinidad mayor de America Central, fue originariamente una divinidad Olmeca surgida del culto del maíz, representando la fertilidad, la creatividad humana, el renacimiento, la abundancia, la riqueza y la recreación incesante de la vida. También, se lo relacionaba con la figura divina del gobernante. Su ubicación geográfica los favorecía porque se los conocía como los que viven en la dirección donde sale el sol. Además su riqueza estaba basada en el hule, jade, chocolate y las plumas de aves coloridas. Su símbolo era el árbol de la vida. Desarrollaron la alfarería, el hilado y tejido de fibras vegetales, así como la confección de vestimentas, con cueros, hule, y la cestería y joyería. Usaban ropas fina y ricamente ornadas, se pintaban el rostro y se realizaban tatuajes. Tenían un refinado gusto en su arreglo personal. Este pueblo fue el primero en representar el origen del cosmos, del ser humano, la naturaleza y sus dioses con imágenes. Tenían además de un lenguaje visual otro escrito que expresaba con imágenes la escritura glífica (como en Egipto) y los números los representaban con barras y puntos. Con la división del tiempo les era posible anticipar los períodos de lluvia y los mejores momentos para sembrar y/o cosechar. No solo comprendían el paso de las distintas estaciones del año, sino que habían logrado interpretar y llevar las imágenes, que los acompañaban desde la prehistoria, a símbolos que los ayudaran a comprender el mundo que habitaban dándole así el significado de su existencia en él. Representaban el todo por una de las partes. Alrededor del 800 a.C. comienza la construcción de la primera ciudad templo, La Venta, y posteriormente la de San Lorenzo Tenochticlán, con edificios ceremoniales. En La Venta, en el actual Estado de Tabasco, levantaron una gran pirámide, rodeada de patios, templos y altares, recordando el día de la creación cuando de las aguas primordiales surgió una montaña.
En las ciudades templo, las estelas de piedra señalaban el transcurrir del tiempo o quizás marcar hechos importantes. En una de ellas se encontró la fecha escrita más antigua de toda América y se remonta a unos 1.000 años a.C.. En esa época comienza el tallado, en rocas de basalto, de enormes cabezas humanas con rasgos negroides que llegan a pesar entre 10 y 25 toneladas. Por sus dimensiones y porque los bloques debieron ser arrastrados por terrenos inhóspitos, me recuerdan a las halladas en la isla de Pascua. Sus creencias, además del culto del maíz como el más importante, tenían también al jaguar como deidad del cual establecían su linaje y ascendencia. Era el símbolo de fuerzas sobrenaturales, protector y guardián del pueblo ya que el jaguar lo había engendrado con una mujer olmeca, con una similitud interesante con Leda y el Cisne de la mitología griega.
Lo que conocemos en cuanto a la organización política y social, la divinidad pasa a la figura del gobernante que es el único supremo sacerdote quien establece la comunicación con los dioses y antepasados. Su cuerpo es la imagen del universo, se lo compara con el sol cuando asume su gobierno, en el amanecer; y cuando muere con el atardecer. Fue una sociedad estratificada. Debajo del soberano estaban los sacerdotes menores y los sabios quienes eran depositarios de la erudición, los jefes militares y luego los comerciantes, artesanos, y por último los labriegos junto a los pueblos subordinados. Solo se consideraban esclavos a los capturados en el campo de batalla. Alrededor del siglo VI a.C. cuando en Grecia despuntaba la filosofía presocrática, el pueblo olmeca comienza su decadencia. Desconocemos la causa, quienes los integraban pierden la unidad tal vez, los atacaron otros pueblos, se dispersan o se mezclan o quizás casi desaparecen. Pero su influencia tanto en la religión como de sus conocimientos serían incorporados a otros pueblos.
Irene se quedó mirando por la ventana y me preguntó entonces que entendía yo por historia universal. Le dije que esa historia universal nos hablaba, nos contaba acontecimientos, hechos, en forma lineal, sin ninguna conexión, solo hechos. Que a mi juicio que se llamara a los Aztecas y también a los Incas, imperios y no como civilizaciones, a mi me parece que trataba de exculpar a los europeos de haberlas destruido; “Civilización” como yo lo entiendo habla de cultura, de religión, de personas. Mientras que “Imperio” habla de guerras, de barbarie, de dominación económica y cultural. Entonces si se derrota o conquista o extermina un Imperio está bien, porque así no pondrá en peligro en un futuro, a quien lo derrota porque los imperios, cuando no somos nosotros, son todos malos. Y otra cosa más, si los primeros habitantes llegaron de Asia por el Mar Àrtico, quiere decir que es probable que tanto europeos como americanos tengamos un mismo origen, mal que le pese a más de uno. Y que además volviendo a la historia desde la mirada europea Egipto es a Francia e Inglaterra lo que los Aztecas y los Incas fueron a España. Quiero decir que fueron avasallados y casi exterminados, su cultura robada y sus pueblos sojuzgados.
Ahora Irene, explicame, para vos ¿qué es el progreso? Me miró y dijo que lo pensaría. Creo, me parece, le dije, que para la “historia universal” no hay matices. O estás en la civilización o en la barbarie. Para los conquistadores, ellos estaban hechos a imagen y semejanza de Dios. Aquellos otros distintos, los aborígenes, que no entendían el idioma, y no profesaban la fe católica, no eran personas. No tenían derechos, eran amentes y no merecían respeto alguno. Ahora, sacando lo de la religión, en la actualidad también se repiten los mismos planteos, ¿no te parece? Mostrándose interesada, me pidió que le pasara algunos textos para conocer un poco más nuestros orígenes.